El pilates consiste en un conjunto de ejercicios suaves que consiguen recuperar lesiones y aportar numerosos beneficios, pero en algunos casos puede no ser lo mejor.
Estos ejercicios fortalecen el abdomen, la espalda y el suelo pélvico, y logran una postura más alineada, mejor equilibrio muscular y una técnica respiratoria más adecuada. Estos ejercicios nos ayudan a mantener el control, tono y flexibilidad de nuestro cuerpo.
En muchas ocasiones, cuando nombras una patología de suelo pélvico, es muy frecuente que se recomiende la práctica de pilates, pero muchas veces este tipo de ejercicios puede empeorar el problema. Lo cierto es que en los ejercicios originales de Pilates no se tenía en cuenta el suelo pélvico, pero a lo largo de los años se han ido modificando para darle más importancia.
Una posible falta de capacidad para mantener el nivel de tensión del entrenamiento que puede causar o agravar problemas del suelo pélvico.
La práctica intensiva de la práctica de pilates puede ser perjudicial para el suelo pélvico:
Lo ideal es que si padeces de algún problema de suelo pélvico o crees padecerlo te pongas en manos de un fisioterapeuta especializado que te realice una correcta valoración de tu musculatura.
Puede ser que el pilates suelo no sea el más indicado para ti, o quizás lo ideal es realizar ejercicios de una manera más segura, siempre y cuando cuentes con una buena supervisión.
Lo mejor es que tomes conciencia de tu suelo pélvico, que actives correctamente el core para proteger el suelo pélvico de situaciones de riesgo y que controles la intensidad y frecuencia de los ejercicios que requieran de los rectos abdominales.