La incontinencia urinaria de esfuerzo es la pérdida de orina durante un esfuerzo que se da con frecuencia en mujeres al correr, levantar peso o saltar a la comba.
Con regularidad se ve en mujeres que realizan ejercicios hiperpresivos como los abdominales tipo “crunch” o levantamiento de pesos, ejercicios de alto impacto como saltos a la comba o a cajón, o en ejercicios en los que la postura no es correcta o donde la técnica del gesto deportivo no es adecuada.
En el deporte de élite se estima que hasta un 80% de las mujeres padece de incontinencia urinaria de esfuerzo en algunos de los gestos que conllevan ciertos deportes. En otros estudios se han dado resultados de un 41% de casos que han sufrido incontinencia urinaria de esfuerzo en diferentes disciplinas de deporte amateur.
En muchos casos, estas pérdidas suponen cuadros de ansiedad, miedo, vergüenza y es un tema que no se comparte con normalidad.
Lo cierto es que la mayoría de mujeres que padecen incontinencia urinaria en estas circunstancias termina abandonando la práctica deportiva, pero en muchos casos tiene solución.
Hay diferentes factores que predisponen a la incontinencia urinaria de esfuerzo como la anatomía, las hormonas, la calidad de los tejidos, la dieta, la edad, los embarazos o la menopausia. Sobre el ejercicio hay también algunos factores como el tipo de actividad deportiva, la técnica, las malas posturas prolongadas en el tiempo, la frecuencia y la intensidad.
Debes saber que perder orina durante tu práctica deportiva no es normal, pero si es muy frecuente. No debes sentir vergüenza, hay muchas mujeres pasando por lo mismo.
Esta condición se consigue trabajando de manera progresiva, mejorando la técnica y la postura, y siempre teniendo en cuenta que se debe trabajar el suelo pélvico y sinergistas.
Si padeces de incontinencia urinaria de esfuerzo durante la práctica deportiva, lo primero es acudir a un especialista de suelo pélvico. El tratamiento de fisioterapia del suelo pélvico en este tipo de problemas es efectivo en un 70%.
Alguna vez te habrán recomendado los ejercicios de Kegel, pero lo cierto es que estos no funcionan de manera aislada, de igual manera que en la vida cotidiana la musculatura de suelo pélvico no trabaja sola.
Es importante el trabajo del core. Se pueden realizar ejercicios hipopresivos o mediante trabajos específicos de la musculatura profunda del abdomen, de la musculatura lumbar, de glúteos y demás musculatura que constituye el core.
Trabaja tu respiración y tu diafragma. Al realizar un esfuerzo evita las apneas ya que esto provoca una hiperpresión abdominal que incide en el suelo pélvico. Además es imprescindible normalizar el tono del diafragma para que haya una correcta transmisión de presiones.
Evita el estreñimiento y no hagas presiones para ir al baño. Puedes mejorar la dieta y la biomecánica durante la defecación, elevando los pies con un escalón o un banco.